Cine circense danés

En la década de 1910 el cine danés se convirtió en el más importante del mundo. En esta primera entrada esbozaré un comentario sobre un curioso subgénero que desarrollaron en esta época estos escandinavos del sur: el cine circense.

Una diablesa es izada hacia el trapecio. De Los cuatro diablos, Alfred Lind y varios autores, 1911.

De fire djævle (Los cuatro diablos) es una película de 1911 dirigida al alimón por Alfred Lind, Robert Dinesen, Alexander Christian y Carl Rosembaum, con este último de guionista a partir de una historia de Herman Bang, y da inicio a toda una saga de cintas inspiradas en el mundo circense.

Película producida por Kinografen, una de las productoras que quisieron hacer la competencia a la todopoderosa Nordisk, sigue las pautas del gran esplendor del cine danés de la década de 1910: Fotografía impecable, buenos actores, dramas pasionales maduros (el largo beso en la boca fue una de sus marcas de estilo), mujeres fatales... A todo ello se une ahora el gran espectáculo del circo, lo que incide en ese ambiente bohemio y mundano del cine hecho en Dinamarca: acróbatas, domadores, bailarinas, payasos...

Tras estos cuatro diablos (cuyo remake de F. W. Murnau de 1928 lamentablemente se ha perdido), vendría La gran catástrofe circense (Dødsspring til Hest fra Cirkuskuplen 'Salto de la muerte a caballo desde la cúpula del circo'), dirigida en 1912 por Edvard Schnedler-Sorensen y protagonizada por la mayor estrella masculina del mundo en ese momento, Valdemar Psilander.

Posteriormente El circo ambulante (Den flyvende Cirkus), del mismo año, dirigida por Alfred Lind establecería el subgénero circense como uno de los más exitosos del cine danés de esta época.

Otra película del mismo subgénero, realizada por el gran director danés Benjamin Christensen (el autor de Haxan. La brujería a través de los tiempos, 1922), ya en su etapa estadounidense: se trata de The Devil's Circus, 1926, protagonizada por Norma Shearer y el malogrado Charles Emmett Mack, fallecido poco después sin haber cumplido los 27 años; ambos destacan con su actuación. Benjamin Christensen, aunque sin la originalidad de sus obras europeas, firma una película de impecable factura con algunas secuencias gloriosas, como la de los elefantes del circo abandonando la ciudad, y el primer plano de sus pisadas en el barro, metáfora de un muy turbio suceso. Una olvidada obra de Christensen de imprescindible visionado. 

Dar el final trágico con un número extremadamente arriesgado de circo es otra de las marcas de fábrica de los subgéneros cultivados por la cinematografía danesa. De este modo el desenlace trepidante y el suspense están garantizados. Es el origen de un subgénero que más tarde tendría logros como la película de Charles Chaplin, El circo, 1928.

Actualización. 16 de agosto de 2025

He añadido enlaces a sitios donde se pueden ver estas películas con la mayor calidad posible. Las primeras se pueden ver en la web del Instituto Danés del Cine, que es maravilloso. Estas películas que no duran más de 45 minutos representan su edad dorada, todas son de los años 1911-1912 y si les echan un vistazo podran comprobar por ustedes mismos la calidad fotográfica de este cine, que en estos años, en mi opinión, fue el mejor del mundo.

También en esa maravillosa web del Danske Filimistitut se puede ver mucho otro cine, por ejemplo el cine mudo de Dreyer, les recomiendo que naveguen por allí. También he añadido una referencia a una película que para mí pertenece a este subgénero inventado por los daneses: El circo de Chaplin. Película muy apreciada por el gran testamento del Doctor Caligari (la mejor web de cine mudo en español) y cuyo traumático rodaje comenta este mi respetado Doctor con gran sensibilidad, pericia y conocimiento.

P. D. (22/08/2025). Se me olvidó mencionar Bagtalelsens gift 'El veneno de la calumnia' (Waldemar Hansen, 1912) y sobre todo la magnífica Varieté (1925), una de las películas mejor realizadas de la cinematografía alemana de Weimar con el gran Emil Jannings de protagonista. Por cierto, si ven esta obra maestra en el enlace que proporciono, les aconsejo quitarle el sonido y poner en su lugar algo como la música del ballet Der Dämon  op. 28 en dos actos de Paul Hindemith. Creo que entenderán por qué. A mí me funcionó a la perfección y milagrosamente casi se sincronizaba con este film.

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